¿Qué debo decir? Finalmente Heberto acabó con la plaza Hidalgo y quedó… bien. Muy bien, incluso.
El fin de semana pasado tuve oportunidad de ir, ya noche, y ¡oh sorpresa! ¡Más limpio, iluminado y transitable que nunca! Casi desconocido. No vi mucha seguridad, pero tampoco artesanganos… bueno, sí, pero allá, arrinconados, y por supuesto ni nos acercamos. Llovía con un ligero y persistente chipi, chipi, y así y todo estaba lleno de familias. Redescubrí lo increíble que es mirar a la gente a la cara y no tener que ir mirándote los pies para ver que porquería pisas, que cable o piedra tienes que saltar o que puesto de comercio ilegal esquivar.
Tarde y mal pero Heberto Castillo, el delegado saliente, terminó la remodelación del centro de Coyoacan. Faltan cosas por hacer, pero honor a quien honor merece, mi reconocimiento por el trabajo realizado en pro del reordenamiento de esa noble plaza.
El fin de semana pasado tuve oportunidad de ir, ya noche, y ¡oh sorpresa! ¡Más limpio, iluminado y transitable que nunca! Casi desconocido. No vi mucha seguridad, pero tampoco artesanganos… bueno, sí, pero allá, arrinconados, y por supuesto ni nos acercamos. Llovía con un ligero y persistente chipi, chipi, y así y todo estaba lleno de familias. Redescubrí lo increíble que es mirar a la gente a la cara y no tener que ir mirándote los pies para ver que porquería pisas, que cable o piedra tienes que saltar o que puesto de comercio ilegal esquivar.
Tarde y mal pero Heberto Castillo, el delegado saliente, terminó la remodelación del centro de Coyoacan. Faltan cosas por hacer, pero honor a quien honor merece, mi reconocimiento por el trabajo realizado en pro del reordenamiento de esa noble plaza.