¿Qué es lo que buscan los obispos pidiendo la posibilidad de que los ministros de culto sean candidatos a cargos de elección popular, si el derecho canónico prohibe que se postulen? Lo más sencillo: que ante la ley todos seamos iguales y que no existan ciudadanos de primera y segunda categoría, es decir, los que pueden votar y ser votados y los que solo pueden votar.
Sé que para muchos el título del post puede sonarles como un chiste (por prejuicios), pero por fortuna no a todos. Debemos dejar atrás las guerras fratricidas del siglo XIX entre liberales y conservadores y mirar hacia adelante en ese y en muchos otros temas.
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