lunes, 31 de marzo de 2008

La loca de La Florida


Todos los pueblos tienen su loco, es más, toda colonia o barrio que se precie debe tener uno. La Florida, colonia no tan vieja al sur de la ciudad de México tiene la suya, que es de lo más peculiar. Rubia platinada (pintada), tez blanca, blanquísima (yo creí que era albina) boca enjuta, gesto adusto y siempre viste igual y ¡sorpresa! no es en lo absoluto una mujer pobre o menesterosa, debe vivir en alguna de las amplias casas de esta colonia.
En que consiste su locura? bueno, pues, camina. Sí, camina, camina y camina. Siempre a la misma hora, siempre al mismo paso, siempre la misma ruta. Yo alguna vez intenté desviar su ruta interponiéndome en su camino y con un mohín de disgusto me esquivó. Tengo tantas ganas de preguntarle que porqué camina, pero no me atrevo. A veces le acompaña un señor, era gordito, pero a fuerza de acompañarle ha bajado muchos kilos. Puede ser su hijo, un mozo o un amigo, a este ñor, el paso de la dama lo agota y lo deja sentado en alguna esquina cargando el paraguas (contra el sol o la lluvia). Ella nunca mira, nunca, no ha reparado en la cantidad de veces que hemos coincidido, tengo la impresión de que cuenta sus pasos. Vamos, no hay otra obsesión en ella que no sea el caminar.

1 comentario:

María Fernández-Aragón dijo...

Estoy segura de que eso que escribiste debe decir algo de tu psique, pero no sé exactamente qué. Cuando lo descubra, te lo diré. Mientras, síguele pedaleando a la bicla, y salte de los caminos convencionales. Y sé feliz, sobre todo: sé muy feliz.

¿Cuándo nos tomamos un café? Un café polémico, mal argumentado y... conspicuo. Ja.

Atentamente,
La loca de La Laguna-Mixcoac