martes, 9 de septiembre de 2008

Nuestra María Antonieta


Fui a ver hace unas semanas la exposición sobre Antonieta Rivas Mercado en Bellas Artes. Para mí que el Palacio le queda grande (y no solo físicamente) a una exposición así, tal como lo pensé de la de Gabriel Orozco, protegido de la anterior directora del CONACULTA (aunque entonces me sorprendieron gratamente sus pinturas y fotos). Porque ¿qué se puede exponer de una mujer de sociedad que vivió escasos treinta años y que no es artista? Eso pensé.
Había una sala para fotos familiares y cartas que son como las de todos nosotros (digo, como las fotos de nuestras familias), otra para obras de época, otra para la obra de los pintores protegidos y otra más de retratos de los protegidos homosexuales de María Antonieta (extraña reivindicación gay extemporánea presidida por Monsiváis pontificando desde una pantalla).
A cuento de esto, pensé que quizá yo no tenía mucha idea de quien era la talentosa dama y me leí un librito de los que no me gustan, pero que tenía a mano: A la sombra del ángel (sería un estupendo guión de una telenovela de televisa con solo algún arreglito). Es la historia novelada (y por eso no me gustan esos libros: o historia o novela, punto.) escrita por la que es la esposa del único hijo de la dama, en ella se cuenta con detalle (e imaginación) la vida de toda la familia Rivas Mercado y sus satélites. El libro hace pomada a la señora madre de Antonieta (frívola, coqueta, arribista, acomplejada, pésima administradora, madre desobligada y esposa infiel), y por contraste se hace hincapié en el gran hombre que era Antonio Rivas Mercado y de los talentos sin cuento de la niña Antonieta; tiene unos cuantos diálogos inverosímiles con Diego Rivera, Lupe Marín, Frida Kahlo, etc., hace circular personajes como en pasarela, se sacan de contexto fenómenos artísticos o sucesos históricos y lo peor, uno concluye algo que seguro no buscaba la autora: Antonieta Rivas Mercado era una frívola, coqueta, acomplejada, madre desobligada, pésima administradora, pero eso sí, muy sensible y generosa (¿despilfarradora?).
Todo parece indicar que en un contexto muy distinto al que vivió su madre, Antonieta heredó sus “virtudes”, junto con la sensibilidad artística del padre y sedienta de notoriedad y escándalo, vivió profundamente insatisfecha hasta su suicidio en Notre Dame en París el mismo día que se celebraba la coronación de no sé qué Papa, desconsagrando de paso la catedral.
No sé si el libro es malo, o el personaje mediocre, pero con punch para convertirse en mito (dinero, amores imposibles, lujo, suicidio, arte, homosexualidad, guerra) o yo no supe leer entre líneas.
Tenia, no lo dudo, buen ojo para apoyar a personas talentosas, o quizá colaboró en la construcción de los mitos del México “moderno”, pero es difícil saber si eso fue conscientemente o por mera chiripa.
Acepto críticas y opiniones divergentes, voy a buscar el libro de Fabienne Bradu, su otra biógrafa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

soy sobrina nieta de Antonieta Rivas Mercado y me gustaría hacerle un pequeño comentario, estoy totalmente de acuerdo en su percepción acerca del libro citado, pero difiero un poco en sus conceptos. Ella fué una mecenas en su época, y no había mucha gente interesada en desprenderse de su dinero para patrocinio de nadie. Además contribuyó casi totalmente economicamente a la campaña de José Vasconcelos, sus frases célebres fueron de ella. Más bien hay que situarse en sus zapatos con la situación y época que le toco vivir. Se le juntaron tres situaciones críticas, pierde la patria potestad de su hijo, durante la revolución fué saqueado el convento de San Jerónimo donde se guardaba todo el patrimonio de su familia y el hombre que amaba pierde la presidencia y le dice que regresa con su esposa. Personalmente no la considero una heroe, pero si una mujer con un enorme valor, aunque parezca una contradicción, de cumplir una promesa que junto con su hermana se habían hecho, antes que la mediocridad la muerte.

Angie dijo...

encontré esta entrada mientras buscaba fotos de Antonieta, sin decirte más, ojalá hayas encontrado el otro libro de Fabienne Bradu, espero tu opinión sobre Antonieta haya cambiado muchísimo, saludos.

Anónimo dijo...

necesito saber donde puedo adquirir los dos libros a los que hacen mencion sobre Antonieta Rivas Mercado, pues estoy muy interesada en saber mas sobre la vida a mi parecer de esta singular mujer.
Patricia

Anónimo dijo...

Me parece que lejos de hacer un análisis académico, puedes caer en el riesgo de arremeter con prejuicios la vida de un personaje, que seguramente se vió sujeta a las exigencias de una sociedad altamente tradicionalista, que sólo veían la realización de la mujer en la maternidad y en el matrimonio (Actualmente creo que todavía persiste esa mentalidad). Me parece pertinente, evitar el uso de calificativos comunes, usados por la cultura dominante para desligitimar otras formas de ser mujer. También creo que no se trata de enjuiciar a la autora,ni tampoco enaltecerla ciegamente, creo que el objetivo desde una perspectiva crítica, es comprender su contexto y las contradicciones de su época y la nuestra, a través de la vida de una mujer, cuya decisión (el suicidio) no debería tomarse de una forma simplista. Yo en lo personal me pregunto, qué fue lo que la llevo al límite,a renunciar a lo único que poseía verdaderamente(su vida), creo que en el fondo de esta decisión, primero subyace una muerte simbólica del sentido que le vemos a la vida. Me parece que las salidas del caos de nuestra existencia, pueden ser muy diversas y complejas. Creo que la vida de cualquiera refleja la decadencia de nuestra sociedad. No hay que olvidar lo que algunos han dicho con gran aciero: "lo personal es político".

Anónimo dijo...

Concuerdo contigo en que por un lado no supiste leer entre líneas, pero por otro, el que hables así de ésta extraordinaria mujer, denota por decir lo menos, gran desconocimiento de tu parte. Me inclino a pensar que cuando uno hace público un escrito o una postura frente a lo que sea, uno está obligado a documentarse bien antes de hacerlo para evitar críticas sin sentido y sin juicio a partir del conocimiento. Celebro por otra parte que tu blog despierte el interés de esta extraordinaria mujer. Tuve la fortuna de ser una especie de "nieta" de su mejor amiga, quien me contó las cosas extraordinarias que realizaron en una época terriblemente discriminatoria hacia la mujer, vivieron cosas que distarían mucho de encuadrarla en las etiquetas que mencionas. Ser millonaria no es ningún atributo. Desprenderse de la propia fortuna para fomentar el arte en un México devastado por la revolución en todos sentidos ¡sí! Te recomiendo el libro Cartas de Ma. Antonieta Rivas Mercado (escritas en París meses, semanas y días antes de su muerte, una de ellas entregada al Consulado dirigida a Vasconcelos).