lunes, 30 de junio de 2008

Azcapotzalco


¿Por qué al Peje se le fue a ocurrir que la panista delegación Benito Juárez era el lugar ideal para aplicar el Bando 2? No lo sé, quizá confiaba en reventar los servicios de esa de delegación o poblarla con perredistas de otras delegaciones y ganarla a fuerza de hundirla. No, todo eso suena como una fumadísima teoría del compló.
Fue una decisión equivocada, arbitrara y unilateral (¿Por qué no se le ocurrió entonces hacer un “democrático” plebiscito?), desde entonces, esa delegación ha visto caer montones de arboles, añejas casas y multiplicar los autos sobre sus calles. Y no se crean, yo también apoyo el crecimiento vertical de la ciudad, pero con orden e integrado en un plan orgánico que mejore los servicios públicos en la misma proporción que la densidad poblacional, muy particularmente en lo que se refiere al transporte público.
Pero me estoy desviando del tema que quería tratar. Azcapotzalco es una delegación al norte de la ciudad, fronteriza con los municipios de Tlalnepantla y Naucalpan, fue una antigua ciudad prehispánica y cuenta con grandes cosas por explotar es materia de desarrollo urbano inmobiliario. Por lo pronto tiene suelo firme (el 50%) en lo que fueron las orillas del antiguo lago, tiene increíbles (aunque un poco decaídas) casas solariegas de finales del siglo XIX y principios del XX. Muchas naves industriales abandonadas que podrían convertirse en verdaderos-auténticos lofts o aéreas verdes, tiene avenidas grandes (por aquello de las industrias), tiene universidades (el Poli, la UAM, el IPADE) y un agradable aunque mugroso, centro histórico, con un templo del siglo XVI junto con su bonito claustro (mi visión ombligo centrista me invita a llamarlo “el Coyoacan del norte”), además de barrios de abolengo. Ya tiene metro. Es un emplazamiento céntrico respecto a los muchos centros de trabajo al norte y centro de la ciudad y ha sufrido, por los menos desde 1970 una reducción en la densidad de su población.
Que tal, si como sucedió en la Condesa, lo convertimos en un “nuevo-viejo barrio chic", al menos algunas de sus colonias, restauramos sus casas, levantamos los edificios corporativos que tanto gustan a Ebrard, hacemos de la ex refinería un mega parque como no se ha visto antes (¡me estas oyendo inútil!), y devolvemos calidad de vida a las familias de esa zona. ¿Quién dice yo?

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