viernes, 30 de mayo de 2008

En homenaje a la Academia de San Carlos



San Carlos es uno de los recintos académicos más antiguos del país y es uno de los poquísimos edificios civiles que ha conservado su vocación histórica desde el Virreinato, (ya saben, me refiero a esa mala costumbre que tenemos en México de convertir las iglesias en teatros, las estaciones de tren en museo y las casas bonitas en…basureros). Incluso ha conservado su nombre con una pequeñísima alteración, de Real Academia a Nacional Academia de San Carlos (al menos así dice el dintel de la puerta). Ignoro como sobrevivió durante el siglo XIX a los desmanes políticos que redujeron a cenizas la Real y Pontificia Universidad de México, no sé si los artistas, rijosos como son o inofensivos como parecen, fueron ignorados por las autoridades.

El edificio de la Academia es uno de los más esplendorosos en su estilo neoclásico ya casi decimonónico, con reproducciones increíbles de piezas de los museos vaticanos, tiene espacios amplios pero… muy descuidados, desaprovechados e incluso sucios. Tiene también un buen número de ventanales tapiados. Además, hace mucho tiempo que se compró la aneja vecindad para ampliar las posibilidades del edificio, pero aquella casona no es mas que un desarmado conjunto de cuartos, un desorden, vamos, ni siquiera es algo Kitsch (la faltan tendederos, ñoras y niños). Lo peor de todo es que hace poco, el Rector de la UNAM se pavoneaba después de la restauración de una de las galerías más bonitas (a la que no tienen acceso los alumnos ni se le da uso alguno) y la fachada: una restauración por encimita.
Lo que le urge a San Carlos es una intervención integral de conservación bien pensada, para adaptar los espacios a las necesidades actuales, que le dote de drenajes y extractores de aire, otorgue ventanales a los pintores y oscuridad a los fotógrafos. La vecindad incluso se presta para una intervención profunda, una adecuación a usos contemporáneos agresiva, integrando dos épocas muy distintas. Ojalá no haya que esperar a que la Academia cumpla sus 300 años de existencia para que eso suceda.

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